William Guerrero juega ajedrez desde los 8 años. Su pasión por el juego creció aún más cuando fundó el Chicago Chess Club en octubre de 2024.
“No se suponía que fuera un club. Solo quería hacer amigos”, dijo Guerrero. “Solo tenía un tablero de ajedrez”.
Ahora, Guerrero tiene 20 tableros personalizados y personas esperando su turno para jugar una partida. Sus eventos de ajedrez se realizan en varios lugares, desde el Pueblo Market en Pilsen hasta Blazed Bakery en Logan Square.
Uno de sus eventos más recientes, llamado “Puff Puff Pawn”, tuvo temática de cannabis. Se llevó a cabo en Blazed Bakery, un café con productos de cannabis ubicado en Logan Square.
Decidió fundar el Chicago Chess Club después de buscarlo en Instagram. Al ver que el nombre de usuario estaba disponible, Guerrero pensó: “Vamos a hacerlo”.
El joven de 24 años dijo que el club creció “rápidamente” y quiso encontrar formas de hacerlo más interesante. Ha organizado eventos en distintos pequeños negocios, incluyendo tiendas de cannabis, panaderías y cafeterías.
Guerrero, quien creció en Pilsen, dijo que entiende la importancia de “dar visibilidad a los pequeños negocios”. Algunos se han comunicado con él para ofrecer sus espacios para eventos del club.
Como organizador único, Guerrero intenta realizar unos cuatro eventos por semana para darle a la comunidad ajedrecista múltiples oportunidades de participar.
Yazud Brito-Milian, poeta basado en Chicago, asiste a los eventos del Chicago Chess Club desde abril.
Uno de los eventos favoritos de Brito-Milian fue en The Silver Room en Hyde Park, donde un DJ puso música. Dijo que Guerrero ha sabido entrelazar el ajedrez con la vida nocturna.
“Creo que el estereotipo que existe sobre el ajedrez es que es algo bastante cuadrado”, dijo Brito-Milian.
Brito-Milian valoró a los jugadores “que estaban dispuestos a enseñar” y disfrutó conocer personas nuevas, especialmente porque comenzó a asistir con poca experiencia.
Ante el aumento de las preocupaciones sobre el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), y siendo él mismo de raíces mexicanas, Guerrero ha considerado trasladar todos los eventos a formato virtual.
“Los agentes de ICE están arrestando ahora por el color de piel o por el idioma o por cómo me veo. Es como, no importa si eres ciudadano”, dijo Guerrero.
Destacó la importancia de que cualquier jugador de ajedrez —sin importar su origen o vecindario— se sienta tranquilo.
Hasta ahora, ha mantenido los eventos en persona, pero asegura a los asistentes: “Siempre que vengas a un evento de ajedrez, es un espacio seguro”, dijo Guerrero.
Brito-Milian, quien es amigo de Guerrero, respeta este enfoque.
“Al final, decidió que la gente necesita espacios para reunirse ahora más que nunca, especialmente espacios que apoyen abiertamente a inmigrantes, migrantes y personas de distintos estatus,” dijo Brito-Milian.
Guerrero es abierto en sus redes personales sobre su apoyo a los inmigrantes y las familias.
Explicó que realizar los eventos en espacios privados brinda cierto nivel de protección, ya que los agentes federales necesitan una orden judicial para ingresar.
“Creo que esta comunidad es más necesaria que nunca”, dijo Webster An, otro asistente del club que se mudó a Chicago en junio. “Estos eventos y reunir a personas con un interés común, pero también con valores compartidos fuera de ese interés, es algo bueno para unir a la gente.”
An, quien juega ajedrez desde los 6 años, conoció el club gracias a un artículo de Block Club Chicago.
“Ya sea en otro país, en Chicago, Nueva York o Los Ángeles, puedo encontrar un club de ajedrez, conocer gente nueva y hacer amigos a través de ese trasfondo ajedrecístico”, dijo An.
Tras asistir solo dos veces al Chicago Chess Club, An ya se siente bienvenido.
Guerrero se levantó en medio de una partida para saludar a An cuando entró al evento “Puff Puff Pawn” del martes.
Guerrero dijo que su parte favorita del club es conocer gente nueva.
“Puedo decir con orgullo que he hecho nuevos amigos”, dijo Guerrero. Para él, eso significa que el club es un éxito.
Traducido al español por Laura Vázquez David.
