OPINIÓN: La romantización del estilo de vida de narco afecta la imagen de latinos más de lo que piensan

Desde mucho tiempo, el estilo de vida de ser un criminal hábil ha pasado por muchas fases en nuestra historia. 

En los años 70 se metió la mafia italiana gracias a la popularidad de películas como The Godfather. En los años 90 fueron en estilos  “Mob” debido a películas como Uno de los Nuestros. Hoy, el estilo de vida criminal moderno se puede describir en una palabra, ‘Narcotraficante.’

El término ‘Narco’ tiene dos significados principales “narcóticos; drogas ilegales” y “un traficante de drogas”. 

A pesar de que el tráfico general de drogas es un vicio universal, el término Narco se ha asociado especialmente con la comunidad latina. Sin duda, en parte debido al aumento de los carteles de la droga y los capos de la droga en México. 

En los últimos tiempos, México ha tenido una relación extremadamente difícil con las drogas. 

Mientras México siempre ha tenido un problema con los carteles de la droga por décadas, su influencia aumentó drásticamente durante la década de 2000. Llegando al  punto de que los carteles mexicanos controlan más del 90% de la cocaína que llega a los EE. UU. 

Con los carteles mexicanos convirtiéndose en una entidad cada vez más poderosa, esto ha atraído a muchos guionistas que viven justo por al otro lado de la frontera– inspirando un nuevo género moderno de drama criminal. 

El estilo de vida narco ha sido muy destacado últimamente en todos los aspectos entre las redes sociales y las noticias. Desde el debut de la serie de Netflix Narcos, y en muchas novelas latinas, los narcos son vistos como objetivo para que las mujeres “tengan un hombre que tiene tanto dinero” o para que los hombres tengan el “poder de obtener todo ese dinero”. 

Este tipo de entretenimiento ha provocado muchas discusiones e ilusiones. 

Aunque la romantización del narco pueda ser inofensiva, algunos periodistas señalan cautela sobre lo que el personaje del narco podría implicar para los latinos bajo la administración Trump. 

La  serie Narcos, el hijo de Pablo Escobar, Sebastián Marroquín, no apreciaba el retrato muy glamoroso de su padre en la serie. 

“Mi padre era mucho más cruel de lo que parece en el programa. Aterrorizó a un país entero.”  Marroquín explica: “Tienes que ser responsable al contar esta historia. Miles de víctimas merecen respeto. El programa crea una cultura donde ser narcotraficante es genial.” 

Un periodista del New York Times, Héctor Tobar, menciona que, el diálogo y las imágenes de las películas de carteles asocian la identidad latina con el mal inherente y puro una y otra vez.

Con tanta negatividad sobre la historia del narco, uno puede cuestionar la popularidad que atrae la participación de actores latinos y españoles quienes se presentan con estos personajes estereotipados de narcotráfico. 

Óscar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta interpretan a los hermanos Martínez, ambos antagonistas mexicanos que controlan el cartel, en la película Rambo: Last Blood. 

Junto con eso, Mencheta también está interpretando a otro personaje narco mexicoamericano en Snowfall. 

Si bien las decisiones de reparto de Mencheta podrían levantar algunas cejas, es probable que realice estos roles para complementar su vasto trabajo teatral en México, como lo menciona AMC. 

A pesar de que el género del narco es popular, se están tomando medidas para cambiar la narrativa latina en una luz más positiva. 

Películas y programas como “Club de Cuervos”, “Siempre una bruja” y “Elite” muestran aspectos de la cultura latina sin simplemente depender de las drogas duras como conflicto. 

Si queremos cambiar cómo se representa la cultura latina, debemos votar con nuestros ojos, billeteras y las opiniones que escribimos en el teclado.