No peliemos aquí, COVID-19 es una de las pandemias más aterradoras de la memoria reciente. Capaz de infectar y dañar millones de células en los pulmones de una persona, COVID-19 es mortal hasta el punto de que incluso si alguien sobreviviera al virus, tendrían un daño pulmonar permanente, según Business Insider. 

COVID-19 no solo es mortal sino también altamente infeccioso. En sólo apenas 6 semanas, el número de casos de coronavirus pasó de 11 a 100,000, según el Washington Post.

Mientras es fácil sentirse abrumado por la gravedad mundial de la situación COVID-19, también debemos acordarnos de las comunidades locales y los grupos minoritarios de bajos recursos afectados por el coronavirus, como los latinoamericanos. 

Ser un estudiante latinx de primera generación ya puede ser difícil, muchos estudiantes ya enfrentan desafíos financieros mientras asisten a la universidad y dependen de su trabajo para sus gastos universitarios y de vida. 

Según un artículo del Pew Research Center, los latinos tienen menos probabilidades que el estadounidense promedio de tener un seguro de salud de calidad debido a que la atención médica estadounidense está vinculada al empleo de uno. 

Al igual que eso,  la mayoría de los adultos hispanos dicen que no se les pagaría si el coronavirus los dejara sin trabajo por más de dos semanas. En general, los hispanos consideran que el brote de coronavirus es una amenaza mucho mayor que el promedio estadounidense, según un estudio realizado por el Centro de Investigación Pew. 

Sin embargo, no todo es pesimismo. La administración Trump aprobó recientemente un estímulo económico de 2 billones que podría enviar cheques de $1,200 a los estadounidenses más $500 por niño para las familias. Sin embargo, si usted fue presentado como dependiente en la declaración de impuestos de otra persona de 2018 o es indocumentado, no recibirá ese estímulo económico. El bono de “$ 500 por niño” tampoco se aplica a los niños mayores de 16 años. Esencialmente, muchos estudiantes universitarios en los Estados Unidos no reciben mucha ayuda, incluso por parte del gobierno. 

No hay mucho que edulcorar sobre esta pandemia, que en realidad todos son afectados, solamente unos más que otros.  El coronavirus no es una broma, es una enfermedad grave que, incluso si desapareciera mañana, tendría serias repercusiones en las relaciones internacionales de los próximos años. 

Si hay algo que puede hacer el estadounidense común , es continuar practicando el distanciamiento social, lavarse las manos y tomar las medidas sanitarias necesarias. Aunque estos dos consejos se han repetido una y otra vez, son esencialmente la única opción para detener la propagación de COVID-19. 

Es probable que la humanidad está entrando en una etapa de enfermedades donde las bacterias y los virus se vuelven cada vez más resistentes a nuestros antibióticos actuales.

Mientras  las cosas están  difíciles en este momento, no debemos perder la esperanza. Tarde o temprano, superaremos COVID-19 y miraremos hacia atrás en este momento como una historia de advertencia sobre los peligros de la negligencia de la salud de las personas. Las cosas sólo cambiarán si nos mantenemos firmes.