Goya, una de las empresas hispanas más grandes, se enfrentó a mucha controversia en los últimos meses, al públicamente apoyar la reelección del presidente Donald Trump. Esto dividió a la comunidad latinx en dos, y creó una polémica política por el apoyo mostrado a una administración que no se preocupa por la comunidad latinx. 

Ya sea sazón o una lata de frijoles, los productos Goya han sido un ingrediente integral en la mayoría de nuestras comidas caseras, pero hay un sentimiento amargo de saber que tenemos que abandonar nuestra lealtad a Goya porque sentimos que Goya ha abandonado su lealtad a la comunidad latinx.

Nuestros almacenes están llenos de productos Goya, pero al escuchar las noticias de la fachada que enseña Goya, mi familia, tanto como muchas otras–decidieron terminar los productos que nos quedan y participar en el boicot de todos los productos Goya a partir de ahora.   

Al ver la reacción de la comunidad latinx, por ninguna razón se iba a disculpar el presidente de Goya, Robert Unanue, y tampoco se iba a arrepentir de sus acciones. Apoyar a Goya, esencialmente, significa apoyar a Trump, ya que los dos tienen las mismas ideologías. Goya solamente quiere el dinero y negocio de los latinxs, mientras apoyan las ideologías de una administración que ha estado en nuestra contra desde el inicio. ¿Porque vamos a apoyar una marca que no nos apoya? 

Con eso dicho, ya que se nos acabaron los productos Goya, fuimos a surtir el mandado para comprar productos sustitutos; marcas como Del Monte, La Costeña, y La Preferida son iguales de buenas, y valoran la comunidad latinx. Quizás, da igual si uno compra o no compra una lata de garbanzos, pero si hay una gran diferencia si los latinxs se unen y boicotean todos los productos Goya. 

De acuerdo a Eater Los Angeles, Chef Omayra Dakis, dueña de Triple Threat Truck, uno de los pocos restaurantes puertorriqueños en Los Ángeles, promete ya no volver a usar productos Goya en su cocina.

“El llamado al boicot surgió de años de ofensas y de que Goya olvidó a las personas que lo hicieron exitoso”, dijo Dakis.

Igual que Dakis, nosotros tenemos una voz y es nuestra responsabilidad usar nuestra voz para abordar los errores de los que tienen dinero, poder, e influencia. La solidaridad entre nuestra comunidad es vital para seguir adelante. 

Tan decepcionante que es dejar los productos Goya en el pasado, importa más las razones por la cual estamos boicoteando. 

Claro, Goya es una marca que lleva décadas y décadas en las comidas y los corazones de los latinxs de todos partes de Latinoamérica. 

“Unanue, sin embargo, claramente eligió a Trump sobre la comunidad y, al hacerlo, es como si el propio Goya hubiera elegido a seguidores de Trump blancos…en lugar de los clientes latinxs leales”, reportó NBC News. 

Hoy en día, nuestra generación se está convirtiendo más y más progresiva, y no vamos a tolerar, ni aceptar las creencias que nos condenan. La comunidad latinx no es una comunidad que se compadece de las circunstancias- somos una comunidad que sale por encima de todo; nuestra comunidad (y especialmente nuestra generación) aboga por la reforma social en todos los medios. 

Para nuestros papás y abuelos, el boicot representa empezar de nuevo- se significa dejar atrás la marca Goya y experimentar con nuevos productos o recetas. Nadie estaba listo para renunciar a los productos Goya, pero los eventos recientes no nos han dejado otra opción que llevar nuestro negocio a otra parte. Se trata de adaptarse a los constantes cambios de la vida, y tal vez eso nos enseñó las palabras de Unanue. 

La comida de nuestra cultura representa, en grande, quien somos, al igual que la cocina refleja uno de nuestros valores más importantes y especiales: la familia. Por generaciones tras generaciones, hemos tenido recetas familiares que nos unen. Tal vez esas recetas utilizan productos Goya, pero eso no significa que las recetas no pueden cambiar. Nuestras tradiciones no son permanentes. 

“Resulta que la tradición es algo fluido. Solo parece estático desde la distancia”, destacó el Washington Post.  

Así como se puede conseguir productos alternativos, también podemos hacer nuestras propias recetas para productos que antes comprábamos de la tienda. En las redes sociales, la gente ha estado compartiendo recetas de adobo, sofrito, y salsa, a la luz de las ocurrencias. El cambio está destinado a suceder en un momento o otro, pero no es necesariamente algo malo. Podemos empezar nuevas tradiciones y crear nuevas recetas de nuestro propio estilo, a nuestro propio gusto, y eso es mucho más valioso. 

Quizás era tiempo de cambiar e intentar algunas cosas nuevas; no significa que la tradición en sí ya no existe, solamente que ahora se ha adaptado a las nuevas circunstancias. Tal vez las nuevas tradiciones familiares tendrán un nuevo significado que podamos transmitir a las generaciones del futuro para que ellos también disfruten.