OPINIÓN: Los Chicago Bears deciden continuar con su camino hacia la mediocridad
Tras la derrota contra los Santos de Nueva Orleans en los playoffs de la NFL, los Chicago Bears se encontraron en un cruce de camino.
El acuerdo era que el equipo tenía que despedir al gerente general Ryan Pace y al entrenador Matt Nagy. En otras palabras, se necesitaba una limpieza organizacional.
Sin embargo, el equipo tomó la decisión de retener a Pace y Nagy por al menos un año más. Esta decisión ha causado una polémica tomando en cuenta la temporada que los Bears tuvieron en el 2020.
Para unos, la decisión de retener a Nagy y Pace no fue una sorpresa.
“No estaba absolutamente sorprendido, estamos hablando de los Bears”, dijo Lester A. Wiltfong Jr,. escritor del blog Windy City Gridiron. “Si hay alguna forma posible de que puedan girar las cosas para mantener el status quo, lo harán. Yo habría ido con una limpieza total, o por lo menos haber traído un nuevo presidente del equipo que entiende el juego de fútbol americano, pero puedo entender el argumento para mantener las cosas como están”.
Perdiendo seis juegos consecutivos durante la temporada y una actuación pésima contra Nueva Orleans no fue suficiente para decidir que un cambio era necesario. Las palabras de los líderes echaron más sal en las heridas.
En la conferencia de prensa donde se anunció la decisión, George McCaskey, el presidente del equipo dijo, “Mi enfoque de un proceso de evaluación es tomar en cuenta el cuerpo de trabajo del individuo, y basado en ese cuerpo de trabajo–no en una solo decisión o un juego o una temporada–decir, ‘¿Tiene ese mérito continuar con esa persona?’ Y en el caso de ambos Ryan y Matt, nosotros decidimos que la respuesta a esa pregunta era ‘si’”.
Ese tipo de evaluación no es algo que un equipo serio hace porque ya van tres temporadas con Nagy y seis con Pace. Es cierto, el cuerpo de trabajo de ambos hablan por sí mismo y no es del todo bueno. Esa conferencia de prensa demostró que los Bears están incorrectos como una organización.
“Esa conferencia de prensa fue una de las peores cosas que he visto”, dijo Luis Medina, escritor de los Bears para el blog Bleacher Nation. “Está ahí arriba con el tiempo que los Bears anunciaron a Dave McGinnis como su entrenador en 1999 cuando ni siquiera hicieron un trato con él. Creo que había un sentimiento de vergüenza entre los aficionados mirándolo. No porque no hayan hecho nada, pero porque esa colección es lo que representa esta base de fans ahora mismo. Definitivamente dolió verlo”.
Una razón por la que se decidió retener a Nagy fue por su récord ganador con el equipo. Tiene un récord de 28-20 y en sus tres años como entrenador, el equipo ha logrado clasificar a los playoff en dos ocasiones. En el papel eso es algo bueno.
Pero Nagy fue traído a Chicago como un gurú ofensivo que iba ser brillar al mariscal del campo, Mitch Trubisky. Hizo cualquier cosa menos eso. El crecimiento de Trubisky se estancó y tuvieron que traer a Nick Foles. El tampoco fue la solución y Nagy se vio forzado a darle otra oportunidad a Trubisky.
Su manera de llamar jugadas fue muy conservativa a veces y muy arriesgada en otra. No fue una coincidencia que el equipo empezó a encontrar un ritmo cuando la responsabilidad de llamar jugadas fue dada a Bill Lazor, el coordinador ofensivo.
Hay que recordar que Pace fue el que eligió a Trubisky en el draft. No solo eso, pero hizo un intercambio para subir posiciones para elegirlo y pasar de otros jugadores como Patrick Mahomes y Deshaun Watson.
“La nube oscura colgando sobre Pace es el lugar del mariscal de campo”, Wiltfong Jr. dijo. “Hasta que demuestre que puede hacerlo bien, mi confianza en él está baja. Si hubiera tomado la decisión correcta en el 2017, sus circunstancias serían muy diferentes”.
Dado la cantidad de fallos en el draft, no pueden darle a Pace otra oportunidad para buscar un mariscal de campo dado su pobre historia. Ahora mismo, no se le tiene confianza a él.
“No hay mucha fe para tener. Pace ha quemado su buena voluntad con cómo ha atacado la posición del mariscal de campo los últimos seis años”, Medina dijo. “Una selección de draft, una firma de agente libre y un intercambio. Sin solución a largo plazo. Tengo un poco de fe en Nagy. No mucho, mayormente porque su ofensiva se ha venido a la baja desde 2018. Hubo momentos donde hizo ver a Mitchell Trubisky competente. Sin embargo, porque no puedes planear todo, es obvio que el sistema tiene sus limitaciones”.
Un equipo profesional tiene que tener una estructura sólida para competir consistentemente. Los Bears no lo tienen y quedó en evidencia con la decisión de retener a gente que no dan la talla. En la conferencia, Ted Phillips, el CEO del equipo, habló de la cultura del club. Una cultura que según él, varios otros equipos quisieran tener.
Esa cultura no ha dado resultados si uno lo compara con la cultura de su mayor rival, los Empacadores de Green Bay. Ellos si ganan consistentemente y tienen a un gran mariscal de campo en Aaron Rodgers. El equipo puede tener sus defectos pero teniendo a un jugador como Rodgers hace toda la diferencia. Él es un jugador que los Bears no han tenido por varias décadas.
Quizás nada demuestra la ineptitud de la organización más que cuando Phillips admitió que no ha aprendido de sus errores lo más rápido como quisieran.Que tampoco se ha ganado un partido de playoffs al mando de Pace y Nagy.
Si esa es la evaluación que han llegado, ¿por qué retenerlos?
Si no ganan cuando más importa, algo está mal. Esa es la responsabilidad del entrenador. Si no ganan porque no tienen buenos jugadores, esa es la responsabilidad y trabajo del gerente general. Ambos han fallado en su respectivo trabajo.
La definición de locura es hacer las cosas de la misma manera y esperar un resultado diferente. En el caso de los Bears, parece no ser un caso de locura pero de incompetencia.