¿Qué pasa en Perú? Lecciones sobre cómo se viene perpetuando una crisis
Desde hace cinco años, Perú viene atravesando una crisis política sin precedentes caracterizada por distintos intentos de vacancia, cambio del presidente, alta rotación de ministros y bajos niveles de confianza hacia el gobierno en las encuestas de opinión pública.
El actual mandato está caracterizado principalmente por la alta rotación de funcionarios y continuas renuncias. Los ejemplos de esto van desde la salida inicial de Pedro Francke, ex ministro de economía y uno de los más apoyados en el gabinete inicial de Castillo, hasta la reciente renuncia del Primer Ministro, Aníbal Torrez, el tres de agosto.
Aunque este no es un problema actual, desde el 2020, Perú tuvo cuatro presidentes en menos de cinco años, pasando desde Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti y, el actual presidente, Pedro Castillo.
Por otro lado, todos los presidentes desde 1990 han sido condenados o procesados por actos de corrupción con la única excepción de Alan García. Por ejemplo, el caso famoso de Alberto Fujimori o los de Ollanta Humala y Alejandro Toledo, ambos involucrados dentro del caso Odebrecht, incluso el primero pasando por prisión preventiva.
Con el actual gobierno al mando de Pedro Castillo, muchas personas apoyan otra moción de vacancia; sin embargo, esta desaprobación no solo se centra en el poder legislativo, sino también en el congreso que actualmente tiene altos niveles de desaprobación.
En la última encuesta de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), solo un 10% de la población aprueba el desempeño del actual congreso. Por el lado del presidente, este sigue aproximadamente en un 67% de desaprobación en tan solo un año de gobierno; una cifra que en agosto aumentó al 70% según la encuesta IPSOS.
Sin embargo, la mayor interrogante en este contexto es cuál es la razón o el trasfondo de esta crisis. Si bien el actual gobierno de Pedro Castillo está siendo fuertemente criticado por la prensa y academia en general, este es un problema de muchos años atrás.
Stephan Gruber, ex docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú y actual investigador doctoral en el Instituto Max Planck de Alemania, comenta sobre el contexto y las causas de esta crisis.
“Desde un punto de vista histórico, gran parte se debe a la fragmentación política que lleva un enfoque destructivo entre el ejecutivo y el legislativo que tenemos desde el 2016, aunque el gran fenómeno viene desde la crisis de los partidos en los años noventa,” dijo Gruber.
Él también menciona el origen de una fragmentación entre los diversos partidos que provocó un oportunismo político desde los años noventa. Época marcada por la post crisis de los años ochenta y la alta crisis política que surgió a raíz de la publicación de los vladivideos, que revelaron todos los casos de corrupción durante el gobierno de Alberto Fujimori.
Este fenómeno, la crisis de los partidos, representa la presencia de varios partidos durante elecciones y gobiernos, pero que en algunos casos puede generar caos político debido a un conflicto de intereses. Durante la última década esto se puede ver en la cantidad de partidos presentes en el congreso y los resultados de las elecciones.
Por otro lado, cabe destacar que el gobierno de Castillo es el primer gobierno de izquierda que llega al poder en las últimas décadas en Perú, tendencia que, posteriormente, se vio en otros países de la región como Chile y Colombia. Por esto su presencia ya predecía una inestabilidad política y económica al romper el status quo.
Durante la campaña de Castillo varias de sus propuestas tenían un enfoque radical, como implementar una nueva constitución, prohibir importaciones para el apoyo de la producción nacional, y la nacionalización de varios sectores productivos como el minero, entre otros.
Por sí mismas dichas propuestas generaron bastante desconfianza e incertidumbre en la economía peruana. Peter Torres, estudiante y miembro de la Asociación de Estudiantes de Finanzas de la Pontificia Universidad Política del Perú, comentó sobre las consecuencias económicas que trajo dicha incertidumbre.
“El Perú ha bajado su calificación crediticia; antes las calificadoras evaluaban temas macroeconómicos como la inflación, pero actualmente ya están tomando temas institucionales, y el Perú ahora está en el último escalón de grado de inversión,” dijo Torres.
Sin embargo, cabe recalcar que aparte de la naturaleza inestable del gobierno, la actual crisis global también afectó al desempeño del gobierno de Castillo. Gruber comentó sobre el tema brindando una explicación sobre las condiciones institucionales que afectan el desempeño del gobierno al momento de enfrentar una crisis.
“Tienes la condición global y condiciones institucionales y estructurales que amplifican el choque, y generan estos momentos de protesta, cosa que pasó en Ecuador y Colombia.”
Para clarificar, Gruber mencionó la ausencia de lo que, económicamente, se conoce como Estabilizadores Automáticos en la economía peruana, poniendo como ejemplo políticas implementadas en Alemania.
“En otras economías tienes una indexación de los salarios, estos aumentan cuando sube la inflación, lo cual suele venir de algún tipo de tradición entre sindicatos, pensión entre sindicatos, empleadores y un Estado que le importa eso, como el caso Alemán”, dijo Gruber.
Gruber también mencionó sobre otro tipo de Estabilizadores como los discrecionales:
“En los últimos tres meses en Alemania tuvimos el pasaje de nueve euros, es un ticket de tren que te sirve para tres meses y subir a todos los trenes, y solo pagas nueve euros, algo que antes te costaba, si viajabas mucho, 200 euros aproximadamente; de esta manera se evitaba el consumo de gasolina”.
En general, estas condiciones permiten sobrellevar una recesión económica, especialmente con altos niveles de inflación, como la actual; caso totalmente distinto al peruano, que trae como consecuencias altos niveles de descontento, desaprobación e incluso protestas como la de los transportistas durante marzo.
Sin embargo, para Torres, el gobierno de Castillo también tuvo otras condiciones favorables para lograr el crecimiento de la economía.
“Castillo tuvo una oportunidad de potenciar más al país durante el 2021, porque el precio del cobre y los commodities estaban altos y creciendo, y Perú es un país principalmente exportador de materia prima”.
Torres justifica que la constante lucha entre el poder legislativo y el poder ejecutivo es causada por no haber aprovechado dicha oportunidad, poniendo como ejemplo la alta rotación de ministros, los intentos de vacancia y las renuncias.
Se puede decir que esta lucha de poderes y la falta de eficiencia son de los factores que ha llevado a la alta desaprobación hacia el gobierno y a tener la mentalidad de que gobierno es sinónimo de corrupción.
Entre los peruanos es muy común escuchar el discurso de “lucha contra la corrupción” en cada campaña política; sin embargo, parece ser un discurso vacío, viendo las distintas acusaciones contra cada gobierno.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en su Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) entre noviembre del 2016 y abril del 2017, el 48.1% de la población opinó que la corrupción es el principal problema que afecta al país, dejando de lado a la delincuencia como principal factor.
Centrándose en el gobierno de Castillo, una encuesta realizada por IPSOS a fin de conocer la actitud pública ante el gobierno en enero del 2022, revela que el 50% de la población considera que el presidente está involucrado en casos de corrupción, el 60% considera que por lo general no dice la verdad en sus declaraciones y el 72% considera que la mayoría de sus nombramientos son equivocados.
Gruber dice de la lucha contra la corrupción que es un “significante que perdió su significado”. Considera que aún se tiene una noción muy vacía sobre cómo definir la corrupción.
“El discurso de la corrupción se ha vuelto como el único discurso en donde todos pueden estar de acuerdo, y por tanto, todos lo asumen, pero nadie hace algo claro”, añadió.
Por otro lado, Torres define a la lucha contra la corrupción más como una lucha de intereses. “Es una lucha más por quedarte en tu puesto, mantener los lazos de amistad, los favoritismos y el clientelismo que podemos ver desde la época de la independencia”.
Al igual que ya es común para los peruanos escuchar el discurso de la corrupción, también se ha vuelto común escuchar los intentos de vacancia, siendo la incapacidad moral del presidente la principal razón para esta.
El último presidente vacado por incapacidad moral fue Martín Vizcarra en 2020, el cual pasó por dos mociones de vacancia; mientras que Pedro Castillo en solo un año de gobierno ya acumula dos.
Estas mociones de vacancia y las votaciones en el congreso también sirven para ver la alta fragmentación política. Para el caso de Pedro Castillo, los partidos Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular son los principales partidos a su favor, mientras que otros como Perú Libre, Perú Democrático y Juntos por el Perú se mantienen en contra. Específicamente en la segunda moción, fueron 55 votos a favor, 57 en contra y 19 abstenciones.
Con todos estos últimos sucesos, la crisis podría continuar hasta las próximas elecciones presidenciales a menos que la oposición logre conseguir el apoyo suficiente para que su moción de vacancia prospere. En todo caso, los próximos pasos del gobierno de Castillo serán definitorios para saber cómo será juzgado por la historia.