OPINIÓN: Los idiomas indígenas mueren en los Estados Unidos
Isaías Ponpa, estudiante de último año de DePaul, creció hablando español, pero cuando comenzó la escuela primaria, lo obligaron a tomar clases de inglés como segundo idioma (ESL). Pronto se dio cuenta de que el inglés era el único idioma que sus maestros querían que aprendiera y con el cual se comunicará.
“Es como si alguien estuviera tratando de quitarte tu identidad”, dijo Ponpa.
Durante los siglos 18, 19 y principios del siglo 20, las escuelas estadounidenses enseñaban en varios idiomas, e incluso el gobierno imprimía documentos formales en idiomas distintos al inglés, dependiendo de la población inmigrante que asistía a esas instituciones, según el capítulo uno del libro de Sandra Del Valle “Language Rights and the Law in the United States: Find our Voices.”
El gobierno de los Estados Unidos ha asesinado idiomas en este país, forzando a la gente a aprender inglés y quitándoles la habilidad de usar otro idioma.
Aunque los Estados Unidos no tienen una ley federal donde se declare el inglés como idioma oficial del país, 30 estados han declarado el inglés como su único idioma oficial.
“Lamentablemente, incluso con la cantidad de inmigrantes que tenemos de América Latina, la mayoría del español, considerando la tradición de los idiomas, están muriendo en los Estados Unidos”, dijo Lourdes Torres, sociolingüista y profesora de estudios latinoamericanos en DePaul.
Cuando ella era estudiante, sus maestros también le decían que no hablara español, posicionando el lenguaje español como inferior al inglés, dijo Torres.
Al ir creciendo, Torres dejó de hablar español por completo, a menos que estuviera hablando con sus padres.
Ella dijo que sus maestros la habían hecho sentirse avergonzada de su idioma y no fue hasta que ingresó a la secundaria que comenzó a reactivarse y encontrar empoderamiento en su idioma natal.
Históricamente, Estados Unidos ha obligado a las personas a hablar inglés comenzando con las poblaciones indígenas.
El Congreso de los Estados Unidos autorizó el establecimiento del primer internado indio fuera de la reserva en 1879, en Pensilvania. Estos internados obligaron a los niños indios americanos a aprender inglés, rasurarse la cabeza, deshacerse de su ropa tradicional y adaptarse a la cultura anglosajona.
En una investigación sobre los internados, se reveló que los niños sufrieron abusos físicos y emocionales, y más de 500 niños murieron en los internados según la Revista Time.
Lisa Poirier, profesora de religiones de los nativos americanos en DePaul, reconoce este acto como un genocidio cultural.
“Las lenguas indígenas… no vinieron aquí para morir”, dijo Poirier. “Han estado aquí y han sido asesinadas”.
Los niños pasaban años lejos de sus familias, solo para volver a casa y no poder comunicarse con su familia ni con sus seres queridos. Sin su idioma, la comunicación, la familia y la historia se perdieron.
“Su comunidad depende del idioma que hablen porque construyen una comunidad en ese idioma”, dijo Porier. “Si has perdido tu idioma ancestral, ¿cómo construyes una comunidad dentro de ese grupo lingüístico?”.
Torres cree que se debe hablar más de este tema porque la gente no entiende los efectos generacionales que esto ha tenido y sigue teniendo en las familias inmigrantes.
“Es traumatizante hacer que las personas sientan que su idioma materno es inferior, o un déficit, ” dijo Torres.
Por su parte, Ponpa habla español en casa, pero aprendió inglés en la escuela a través de sus clases de ESL.
Él dijo que le gustaría enseñar el lenguaje español a sus hijos, de lo contrario se sentiría como un mal padre si no lo hiciera, dijo. Sin embargo, entiende la razón por la que los padres querrían que sus hijos hablaran en inglés al emigrar a este país y lo difícil que es continuar con el bilingüismo.
Durante sus años de secundaria y preparatoria, los maestros le decían que no hablara español mientras estaba en la escuela. Ponpa decidió ir contra ellos. Entendió que el inglés era el idioma que necesitaba para tener éxito en este país.
Pero considero que ser bilingüe era una forma de abogar por sus padres quienes sólo hablan español.
“Es un arma de doble filo porque puedes ser ese defensor de tus padres”, dijo Ponpa, “pero al mismo tiempo, te pones en situaciones por las que otros niños que solo hablan inglés no tendrían que pasar”.
Torres alienta a los estadounidenses a comprender la necesidad de una educación bilingüe. Considera que Estados Unidos solo impulsaría el bilingüismo si beneficiará al país. Por ejemplo, cuando envió oficiales del Cuerpo Aéreo del Ejército a Puerto Rico para aprender español durante la Segunda Guerra Mundial.
Torres desea que Estados Unidos vea el valor de crear acceso a programas de educación bilingüe, en lugar de solo incorporar la educación bilingüe desde un lugar de miedo.
“Nuestros deseos y nuestro impulso por los idiomas son siempre desde este tipo de perspectiva que estamos siendo atacados”, dijo Torres. “Tenemos que saber de qué hablan las personas que nos atacan”.
Torres espera ver un cambio en los estados que declaran el inglés como su idioma oficial.
“Me gustaría trabajar con otras personas que se comprometan a asegurarnos de que cambiemos eso para que [este país] ya no sea un cementerio donde otros idiomas vienen a morir”, dijo Torres.
Y que sea “un espacio donde se fomentan y apoyan otros idiomas, hay que apoyar el desarrollo del idioma, parte del proceso es no tener una retórica negativa tan mala y hacer que parezca que los otros idiomas son el enemigo”.