A sus 91 años, Raymundo González ha descubierto que le encanta pintar.
Sus cuadros, que a menudo representan el amor entre un hombre y una mujer, fueron parte de una exposición de arte recientemente. Aunque asistió a la exhibición vestido con su mejor traje, no recuerda haber creado la obra.
Aun así, sonrió mientras la admiraba.
“Tú la pintaste, papá”, le recordó su hija mientras se la entregaba.
González asintió y sonrió mientras el resto de los artistas lo rodeaban.
Todos son latinos de la tercera edad del área de Chicago y la mayoría experimenta algún nivel de demencia o Alzheimer. Este grupo de ancianos participó en su primera exposición de arte el mes pasado después de aprender a pintar en un nuevo programa de terapia de arte bajo la Alianza Latina de Alzheimer y Trastornos de la Memoria (LAMDA).
“El arte ayuda a nuestros adultos mayores a concentrarse y enfocarse—físicamente les ayuda con el movimiento de sus manos y les da un propósito al sentirse apreciados al exhibir su arte en nuestras exposiciones”, dijo Luisa Ornelas, de 46 años, coordinadora del programa.
Ornelas comenzó a impartir clases de arte ocasionales para los adutos mayores de LAMDA hace dos años en su estudio privado en Pilsen. Cuando se dio cuenta de la importancia de su trabajo, hace seis meses, comenzó a trabajar a tiempo completo con la organización.
Las clases y la interacción con otras personas de la tercera edad han ayudado a algunos a lidiar con la depresión, dijo Ornelas. Las actividades les ayudan a ganar confianza e independencia y así naturalmente pueden elevar sus ánimos.
“Intento motivarlos y en un par de meses están emocionados de interactuar con el resto de la clase, crear arte y ya no necesitan tanto mi ayuda”, dijo.
Cuando enseña a pintar Ornelas se centra en el impresionismo, pero también les ayuda a crear paisajes y arte moderno.
“Muchos de ellos ahora disfrutan creando su arte. No eran conscientes de cuánto disfrutaban del arte y ahora incluso disfrutan ir a museos y analizar piezas debido al conocimiento que pudieron adquirir en nuestra clase”, dijo Ornelas.
La hija de González, Reyna de Jesús, de 61 años, se asegura de que su padre asista a la clase religiosamente.
Su padre sufrió un derrame cerebral hace siete años que lo dejó con Alzheimer en etapa dos, dijo ella. Las clases de arte le han dado una nueva motivación y también le han dado a ella algo de apoyo mientras cuida a su padre.
“(Lo cuido a tiempo completo) porque, además de todo el amor que tengo por él, no querría ponerlo en un hogar de ancianos porque siento que caería en depresión y nos dejaría antes de lo previsto”, dijo De Jesús en español.
Segun estudios, los ancianos latinos tienen más probabilidades que otros grupos étnicos de desarrollar demencia, y sus cuidadores, a menudo miembros de su familia, tienden a ser más impactados emocional y económicamente. También es menos probable que reciban un diagnóstico o busquen tratamiento.
Constantina Mizis, de 56 años, cuya bisabuela también sufrió de Alzheimer, se inspiró para crear la organización sin fines de lucro que trabaja para educar y comprometer a los cuidadores latinos de habla hispana proporcionando programas de apoyo. La organización evolucionó para asegurar programación, como la clase de arte y karaoke mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
“Cuando la gente me pregunta ‘¿por qué sientes la necesidad de apoyar a tu organización?’ a lo que respondo, ‘¡Es una responsabilidad moral cuidar de nuestros ancianos y cuidarnos unos a otros!’”, dijo Mizis.
LAMDA no solo brinda ayuda a personas con Alzheimer y demencia, también recibe a todos aquellos que desean participar.
Wanda Petrovic, de 65 años, encontró llegó a la puerta de LAMDA hace dos años después de la muerte de su esposo. Ahora el programa de arte es uno de sus favoritos.
“Estaba completamente devastada después de la muerte de mi difunto esposo, pero una amiga me llevó a LAMDA, reviví; gracias a LAMDA y a todas las personas maravillosas aquí”, dijo Petrovic. “Cada día siento ese amor, ese calor de su abrazo, su respeto y me siento absolutamente cómoda”.
Se sentía orgullosa de todos los cuadros que Ornelas eligió como parte de la exposición.
“En esos momentos en que estoy pintando, me proporciona una enorme cantidad de relajación y comencé a ser más aficionada al arte después de que nuestra maestra nos llevó a los museos de arte”, dijo Petrovic. “Pude distinguir qué técnicas estaba usando el pintor, gracias a la educación artística que he podido recibir”.
De Jesús dijo que está agradecida por su padre y por todo el apoyo que ha encontrado en la organización.
“LAMDA ha ayudado enormemente a mi padre ya que también es capaz de recordar una canción que compuso para la ciudad de Chicago; ¿Nos la cantarás, papá?”, le preguntó De Jesús.
“Chicago, Chicago ciudad de bullicio, sin duda serás la mejor del mundo…”, canto González. “Chicago, Chicago la ciudad de bullicio y ajetreo, sin duda serás la mejor del mundo.”