Mateo 25:40 instruye: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
Según este versículo, no es el poder que alguien tenga ni las creencias que profese lo que garantiza la salvación. Más bien, el Reino de los Cielos se abre según cómo tratan a las personas, especialmente a aquellas más necesitadas.
El cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago y miembro del Colegio de Cardenales en Roma, dijo que aplica valores similares de justicia y misericordia al enfrentar la política migratoria de los Estados Unidos.
Cupich es una figura destacada entre los líderes católicos estadounidenses que alza la voz sobre los problemas migratorios de la segunda administración Trump. El 19 de enero, justo un día antes de la toma de posesión de Trump, Cupich dio una declaración en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, en defensa de los derechos de los inmigrantes.
“Si se llevaran a cabo las deportaciones masivas indiscriminadas de las que se informa, esto sería un ataque a la dignidad de todas las personas y comunidades, y negaría el legado de lo que significa ser estadounidense”, dijo Cupich a la congregación.
Casi 100 días después de expresar el sentimiento, la administración Trump dijo haber deportado a casi 100,000 personas, aunque los datos migratorios han sido más difíciles de rastrear desde que Trump asumió el cargo.
Actualmente, la Casa Blanca y el Departamento de Justicia están desobedeciendo una orden unánime de la Corte Suprema (9-0) que exige el retorno del inmigrante salvadoreño Kilmar Abrego García a los Estados Unidos, tras haber sido deportado erróneamente a una prisión notoriamente peligrosa en El Salvador.
Cupich dijo a The DePaulia que, si tuviera una reunión cara a cara con Trump y el zar de la frontera Tom Homan, les recordaría que Estados Unidos es una nación de inmigrantes, “quienes no tienen la culpa del sistema migratorio roto que los funcionarios electos han ignorado arreglar por generaciones”.
“Una gran parte de los indocumentados contribuyen a la economía de nuestro país tomando empleos que otros se niegan a aceptar”, continuó. “Es una violación de la dignidad humana utilizar lenguaje despreciativo al describir a los inmigrantes indocumentados, lo cual todo estadounidense que recita el juramento a la bandera debería condenar”.
Aunque Cupich abiertamente proclama la desconexión entre las políticas migratorias de Trump y la ética católica, el profesor de estudios católicos de DePaul, William Cavanaugh, dice que desearía que la Iglesia en general fuera más vocal sobre la inmigración como un tema esencial de vida.
La Iglesia Católica es oficialmente no partidista, pero Cavanaugh dijo que existe una superposición inevitable entre un “principio moral y una postura política.”
“La Iglesia no siempre logra evitar la apariencia de partidismo”, según Cavanaugh.
Dijo que esto se refleja en la manera en que los obispos estadounidenses muestran diferentes grados de interés a distintos temas sociales.
“Creo que (los obispos estadounidenses) podrían ser mucho más vocales sobre lo que está ocurriendo bajo la segunda administración Trump, que podrían hablar más sobre el trato a los inmigrantes y la eliminación de las normas democráticas”, dijo Cavanaugh.
Durante la administración Obama, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos se opuso activamente a una disposición de la Ley de Cuidado de Salud Asequible que cubría anticonceptivos.
“Son capaces de hacer mucho ruido, y me gustaría que hicieran más ruido ahora”, dijo Cavanaugh. “Parece que los riesgos ahora son mucho mayores que los que existían sobre el tema de la cobertura anticonceptiva bajo el Obamacare”,
Pero el clero y la jerarquía eclesiástica no reflejan necesariamente a toda la Iglesia Católica, agregó Cavanaugh.
Cupich señala la doctrina social católica como la base de la postura oficial de la Iglesia sobre la inmigración.
Catholic Social Teaching (CST) es un principio rector de la fe católica que informa el compromiso de la Iglesia con la justicia social y los temas de “vida”.
El “CST” se basa en los principios del bien común, el respeto y la defensa de la dignidad humana y la promoción del desarrollo humano integral”, dijo Cupich a The DePaulia.
Afirmó que la Iglesia Católica reconoce el derecho de las naciones a regular sus fronteras, pero insistió en que esto no debería otorgar a los políticos libertad para actuar en contra de la dignidad humana.
“Las decisiones económicas, políticas y sociales no deben tomarse por un interés propio miope, sino con consideración por el bien común”, dijo Cupich. “Por lo tanto, las naciones, conforme a la doctrina social católica, están llamadas a regular sus fronteras con justicia y misericordia”.
Organizaciones locales como el Migrant Ministry of the Catholic Community de Oak Park también están respondiendo al llamado de Dios de tratar a todos con justicia, misericordia y cuidado, de acuerdo a la enseñanza católica
Este ministerio, liderado por Margie Rudnik, Celine Woznica y un equipo de voluntarios, proporciona alimentos, ropa y duchas a la comunidad migrante en Chicago.
“Los migrantes a quienes servimos son increíblemente resilientes, creativos, innovadores y enfocados”, dijo Woznica. “Logran sus objetivos. Hacen que las cosas funcionen”.
La base fundamental de la doctrina social católica, tal como la practican organizaciones como el Migrant Ministry, es la dignidad de todas las personas.
Para Karina Chavez, estudiante de tercer año de psicología en DePaul y miembro del Campus Catholic Ministry de DePaul, la necesidad de dignidad y compasión es importante como estudiante universitaria de primera generación. Sus padres emigraron de México a Chicago.
“Realmente, fue por una vida mejor”, dijo Chavez.
Chavez encuentra gran consuelo en su fe. Dice que reza para saber cómo navegar el complejo clima político de Estados Unidos.
A menudo recurre a Levítico 19:34 para guiar su oración: “Al forastero que habita con vosotros lo trataréis como a uno nacido entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo”, dice el versículo.
“El versículo siempre ha estado muy cerca de mí, especialmente en términos de enfatizar la necesidad de compasión y justicia para todos los seres humanos”, dijo Chavez.
Cavanaugh, el profesor de estudios católicos, indicó que existe una fuerte tradición de compasión hacia los migrantes en la Biblia. Dijo que el vicepresidente J.D. Vance —recién convertido al catolicismo— “haría bien en leer la Biblia”.
“Abraham es un migrante. Jesús y su familia son refugiados que huyen de Herodes y van a Egipto. Llevan a Jesús a Egipto siendo un bebé para escapar de la opresión política y la violencia”, dijo Cavanaugh.
El Papa Francisco reprendió a Vance como católico, así como a la administración Trump, por sus políticas migratorias que, según él, dañan la dignidad humana.
A pesar de los continuos ataques a la comunidad migrante que los católicos consideran es una dignidad inherente y dada por Dios a todas las personas, Cupich expresó optimismo.
“Tengo fe en que el pueblo estadounidense permanecerá fiel a los ideales sobre los que se fundó esta nación —y que la verdad siempre prevalece”, dijo Cupich.