Justo afuera de la cerca metálica que rodea el centro de procesamiento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Broadview, se escuchaba un suave murmullo de himnos mientras los asistentes se tomaban de las manos y oraban. Velas titilaban sobre un altar adornado con caléndulas de color naranja brillante, mariposas monarca de cartón y fotografías de seres queridos afectados por deportaciones masivas —un contraste marcado con las connotaciones oscuras asociadas al recinto detrás de ellos.
Miembros de la Unión de Estudiantes Católicos de DePaul (CSU, por sus siglas en inglés) combinaron fe y activismo durante una misa del Día de Todos los Santos el sábado, 1 de noviembre. Más de 2,000 fieles asistieron al servicio, según un comunicado de prensa.
La misa fue organizada por la Coalición para el Liderazgo Espiritual y Público (CSPL, por sus siglas en inglés) e incluyó oraciones por inmigrantes arrestados, separados de sus familias o amenazados con deportación, así como por aquellos afectados por la actividad generalizada de ICE en Chicago.
La reunión fue pacífica. Los asistentes cantaron, se enlazaron de brazos y recitaron oraciones dirigidas por líderes religiosos de toda Chicago y suburbios cercanos.
Los presentes también fueron invitados a colocar objetos sagrados en un altar con fotos de personas deportadas o detenidas, letreros y otros recuerdos. Flores de caléndula también decoraron el altar en honor al Día de Todos los Santos.
Rachelle Kramer, directora del Ministerio Católico Universitario, acompañó a los estudiantes a Broadview porque quiso brindarles la oportunidad de defender una causa que les importa profundamente.
“Estoy muy orgullosa de los estudiantes por querer hacer esto y asistir”, dijo. “Estoy encantada de que hayan tomado esta iniciativa y creo que es una buena experiencia tanto para abogar como para orar”.
Kramer, quien se describe como una persona guiada por la fe, consideró necesario acudir en solidaridad con las personas detenidas en la instalación y perseguidas en todo el país.
“Cada persona creada a imagen y semejanza de Dios tiene dignidad humana. Creo que es fundamental alzar la voz ante lo que está ocurriendo ahora”, dijo Kramer.
Juliana Soto, presidenta de la Unión de Estudiantes Católicos, también reconoció la importancia de actuar y mostrar apoyo público a los inmigrantes.
“Creo que, especialmente en este momento de miedo y turbulencia en nuestra comunidad, es necesario como personas de fe presentarnos y usar esa base de fe y de la Eucaristía para defender lo que es correcto”, dijo Soto.
Para Elizabeth Patino, estudiante de segundo año en DePaul, la división evidente dentro de las comunidades es “profundamente desalentadora”. Siente que, aunque muchos afirman defender valores cristianos como la compasión y la inclusión, sus acciones no lo reflejan.
“Veo los efectos. Veo la preocupación en los ojos de la gente”, dijo Patino. “Es tan triste verlo, y también da mucha rabia”, añadió.
Soto reactivó el club el año pasado, encontrando consuelo en una comunidad de personas con creencias similares.
“El hecho de que exista alguien más que quiere darle importancia a una situación como esta me da esperanza”, dijo Soto.
La celebración de una misa al aire libre tiene un significado especial en el catolicismo, según el sitio web de CSPL. Históricamente, las misas al aire libre han sido reuniones sagradas y actos no violentos de resistencia durante tiempos de opresión.
Durante semanas, miembros de CSPL han abogado por el acceso al centro para ofrecer la comunión a los detenidos, y esta ocasión no fue diferente.
Los líderes religiosos fueron negados en la entrada, lo que provocó un emotivo momento de silencio entre los asistentes. Maximino Montalvo, diácono de la iglesia St. Mary of Czestochowa en Cicero, dijo que considera esto una gran injusticia.
“Es doloroso ver a nuestros hermanos y hermanas pasar por esto”, dijo Montalvo.
Anthony Williams, presidente de la junta directiva de CSPL, destacó la importancia de la comunión para la comunidad católica y expresó su preocupación por que los detenidos no puedan participar.
“Estamos luchando contra el mal, claro y simple. Estamos luchando contra el mal”, dijo Williams. “Vamos a ser persistentes en tratar de llevar a Jesús a este lugar”.
El viernes, 31 de octubre, se presentó una demanda colectiva en nombre de los detenidos en la instalación, alegando que muchos están siendo privados de su derecho a representación legal y retenidos en espacios hacinados, antihigiénicos y desatendidos.
Desde septiembre, decenas de manifestantes se han congregado afuera de la instalación tras el inicio de la Operación Midway Blitz. En múltiples ocasiones, las tensiones han aumentado entre ellos, agentes federales y autoridades estatales.
Kramer cree que simplemente presentarse y tomar acción colectiva ya es la mitad del trabajo.
“Aunque no podamos abrazar físicamente a las personas en el centro de detención, al menos estamos cerca de ellas”, afirmó Kramer.
“Espero que eso pueda ofrecer esperanza y valentía para que otros actúen.”
Sofia Joseph contribuyó a este reportaje. Traducido al español por Laura Vázquez David.
