De La Habana a Chicago : Dueño de 90 Miles Cuban Café logra su ‘sueño americano’ sirviendo comidas inspiradas por su país

Alberto Gonzalez, dueño de 90 Miles Cuban Cafe, no solo está trayendo el sabor de su país a Chicago a través de su restaurante, sino que también está logrando lo que él cree que es el sueño americano. 

Establecido en 2008, 90 Miles Cuban Cafe cuenta la historia migratoria de Gonzalez, cuyo viaje a los Estados Unidos comienza a 90 millas de la costa de Florida en La Habana, Cuba en 1980. 

Alberto Gonzalez, dueño de 90 Miles Cuban Cafe, abrió su negocio en 2008. (@official90milescubancafe | Instagram )

Gonzalez y su familia estaban entre los miles de cubanos que formaron parte del Mariel Boatlift — la emigración masiva de cubanos que viajaron desde el puerto Mariel de Cuba a los Estados Unidos en 1980. 

El embarcadero consistió en cientos de pequeños barcos pesqueros que trajeron a unos 125, 000 cubanos en el transcurso de cinco meses a las costas de Florida en busca de nuevas oportunidades.

Por dos días, Gonzalez y su familia viajaron en un barco de pesca a través del océano por 90 millas en busca de una vida mejor llena de esperanza y oportunidades. Fue la decisión de su padre la que impactaría el futuro de lo que Gonzalez dice es su éxito. 

“Mi padre dijo, me voy a sentar en este lado del barco y ustedes se sientan en el otro lado”, dijo Gonzalez. “Si vienen a buscarme, me levantaré y me iré, pero ustedes no mencionen que están conmigo. Estoy agradecido de que mi papá haya tomado la decisión de traernos a los Estados Unidos. Fue una decisión que cambió la vida de mi familia, definitivamente fue el sueño americano”.

Al llegar a los Estados Unidos a los 11 años en medio de una guerra contra las drogas en Miami como ‘marielito‘ — el nombre dado a los inmigrantes cubanos que salieron de la isla desde el Puerto de Mariel — Gonzalez aprendió a una edad temprana los valores del trabajo mientras vendía pescado en las calles junto a su padre.

“Cuando tenía 13 años, agarraba una langosta en una mano y un pescado en la otra e iba de un carro a otro diciendo ‘pescado fresco, pescado fresco’, y ahí fue cuando me di cuenta de que todo el mundo tiene pulso”, dijo Gonzalez. “Si usas ese pulso para bien, en realidad tienes la capacidad de vivir ese sueño americano. Fue entonces cuando me di cuenta de que los Estados Unidos es la tierra de las oportunidades”. 

Alberto Gonzalez y su familia fueron uno de los miles de cubanos que formaron parte del Mariel Boatlift – la emigración masiva de cubanos que viajaron desde el puerto Mariel de Cuba a los Estados Unidos en 1980. (María Marta Guzmán | La DePaulia )

 

Fue su pulso y su determinación lo que llevaría a Gonzalez a abrir su propio restaurante inspirado por su infancia y país 28 años después de llegar.

“Lo que quería hacer era crear algo que fuera mis recuerdos de la infancia y con un menú limitado, pero con los platos típicos cubanos, y así fue como empezó 90 Miles en Clybourn”.

Al establecer y diseñar 90 Miles, Gonzalez dijo que quería que su restaurante fuera diferente del resto y realmente capturara la esencia de la cultura cubana. 

“Cuando vas a diferentes ciudades, encuentras muchos lugares pequeños, pero todos tienen el mismo ambiente”, dijo. “Todo el mundo se ve igual, y es como la idea estadounidense de un restaurante cubano”. 

Ahora, 12 años después de su lanzamiento, 90 Miles ha expandido su sabor cubano a los vecindarios de Logan Square, Roscoe Village y el centro de Chicago. El restaurante sirve bocados auténticos como los que Gonzalez disfrutaba de niño en Cuba. 

“Mi padre llevó las recetas, son de mi abuela, pero mi padre fue el que realmente trajo la receta a los Estados Unidos”, dijo Gonzalez. “Cuando abrí 90 Miles, mi padre vino al restaurante por dos meses y colaboramos en las recetas. Es como una combinación, son las recetas de mi abuela, pero mi padre es como el vehículo de transporte”.

Los sabores y aromas de los restaurantes de Gonzalez han atraído la atención de toda la ciudad. 

“A veces tengo que cruzar la calle y mirar mi restaurante, vibrante, lleno de gente divirtiéndose y tengo que pellizcarme”, dijo. “Nunca en un millón de años pensé que este sueño se haría realidad. Me despierto como, dónde estoy, qué estoy haciendo, y no quiero que este sueño termine nunca”.

Para otros inmigrantes como Gonzalez en busca del sueño americano, dijo que el mejor consejo que puede dar a otros en el mismo viaje que él, es mirar más allá de los desafíos y barreras y seguir avanzando.

Gonzalez dijo que fue esta mentalidad la que lo ayudó a tener éxito para su familia y lo ayudó a cambiar su trayectoria.

“El mundo está en tus manos y pies, así que aprovecha eso”, dijo. “Si entras en una entrevista y te sientes discriminado, no te detengas en eso y sigue adelante. Tienes que tocar una puerta diferente y una nueva oportunidad”. 

Ahora, a los 52 años y 41 años después de llegar a los Estados Unidos en un barco de pesca, Gonzalez ha podido lograr su sueño americano mientras representa sus raíces. 

“Haz cambios y sé la mejor influencia para las personas que te rodean”, dijo Gonzalez. “Mantente concentrado y vive el sueño americano, no dejes que los americanos vivan de ti.”