Después de la muerte de Melissa Ortega, residentes exigen paz e inversión en su comunidad

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Stephania Rodriguez | La DePaulia

Residentes de La Villita trajeron flores, velas y globos a la esquina oeste de la Calle 26t y sur de la Pulaski, donde Melissa Ortega murió.

Después del tiroteo y muerte de Melissa Ortega, una niña de ocho años de La Villita, residentes y organizadores de la comunidad exigen paz y apoyo con recursos para la salud mental y poner fin a décadas de violencia dentro del vecindario.

Ortega caminaba con su mamá alrededor de las 2:45 p.m. en la cuadra 4000 oeste de la Calle 26 el 22 de enero, cuando recibió un disparo en la cabeza de una bala perdida. Ortega murió momentos después.

Emilio Corripio, de 16 años, y Xavier Guzmán, de 27, son acusados por el asesinato de Ortega

Corripio, un miembro de la pandilla Latin King, tiene un historial de dos robos de coches y posesión de un vehículo robado, según James Murphy, el fiscal adjunto del Estado. Corripio abrió fuego contra un miembro rival de una pandilla, impactando a su objetivo pero también, ​​lamentablemente, a la joven Ortega. 

Guzmán, un taxista, fue quien transportó a Corripio antes y después del tiroteo.

Ahora ambos individuos están detenidos sin derecho a fianza.

La comunidad de La Villita está devastada después que la vida de otro niño ha sido robada por la violencia sin sentido.

Los residentes y los organizadores comunitarios realizaron una marcha de paz el sábado por la tarde a lo largo de la Calle 26. La marcha ocurrió desde el arco de La Villita hasta la esquina de la Calle 26 y Pulaski. La marcha se organizó para pedir clínicas de salud mental, centros juveniles, escuelas de comercio y programas extracurriculares. 

“Estamos aquí porque no podemos ser silenciados. Estamos sufriendo como comunidad”, dijo Balatzar Enríquez, presidente del Consejo Comunitario de La Villita. 

“Estamos cansados ​​de esto. Estamos aquí y nos disparan”, dijo un hombre que apoyaba la marcha. “Recibí una bala aquí mismo y un montón de estos tipos aquí tienen agujeros de bala. Y no hay cambios”.

La comunidad de La Villita dijo que están trabajando para abrir una clínica de salud mental en el vecindario con servicios gratuitos. 

Según el Chicago Tribune, Enríquez dijo que pidió a los residentes su apoyo para agregar un referéndum a la boleta electoral para crear un impuesto a la propiedad que ascendería, en promedio, a $14 al año por hogar para recaudar fondos para la nueva clínica. El consejo planea pedir a los gobiernos locales y estatales que igualen los fondos de la comunidad para ayudar, dijo Enríquez.

El concejal Michael D. Rodríguez, del Distrito 22  que cubre parte de La Villita, elogió la cooperación y colaboración de la comunidad de La Villita que llevó a la policía a las dos personas acusadas del asesinato de Melissa. 

La comunidad también ayudó a la familia Ortega a recaudar fondos a través de GoFundMe para gastos funerarios. Se han recaudado más de $80,000 y la cantidad sigue aumentando. Mensajes de donantes como “que dios guarde a esta familia” y “nuestro más sentido pésame, en eterna paz descanse la princesita,” están escritos en el sitio web. Más de 2,000 personas han donado

Rodriguez habló con La DePaulia sobre sus creencias sobre cómo responder a la violencia y el crimen en el vecindario. Él dijo que primero debemos abordar el tema de la “pobreza en el alma”.

“¿Cómo se siente un adulto que está bien darle un arma a un niño de 16 años y cómo se siente un niño de 16 años que está bien, o una decisión racional, dispararle a alguien en la calle?”, dijo Rodríguez. “Hay un problema ahí con el pensamiento racional”.

Rodriguez compartió una historia sobre un viaje en autobús escolar que hizo cuando era niño con sus compañeros de clase al lago Michigan y recordó que para la mitad de ellos era la primera vez que veían el lago a pesar de vivir a unas pocas millas de distancia. 

“Es el hecho de que nuestros jóvenes están en este capullo y piensan que una vez que crecen, no tienen futuro”, dijo. “No están pensando a largo plazo en formar una familia y tener una carrera, vivir una vida larga o cuentas de jubilación. Lo que están pensando es solo lo que está frente a ellos”.

Para ayudar a combatir el trauma y reducir la violencia en los vecindarios de la ciudad, Rodríguez dice que continúa impulsando inversiones para el apoyo a la salud mental, la prevención de la violencia y las organizaciones que ayudan a desmantelar las desigualdades sistémicas.