Miedo de estudiantes indocumentados aumenta por detenciones realizadas por ICE

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AP Photo/Gregory Bull

Un oficial de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de los EE. UU. observa una operación en Escondido, California, condado de San Diego.

El miedo de los estudiantes indocumentados ha aumentado después de que una estudiante, Meydi Guzmán Rivas, de Crystal Lake Central High School fuese detenida por el U.S Immigration and Customs Enforcement desde octubre de 2019. 

Guzmán Rivas–quien llegó a los Estados Unidos huyendo de la violencia e inseguridad que se reporta en Honduras–fue detenida con su padre por ICE después de faltar una cita con la corte de inmigración a mediados de febrero del año pasado.

Ahora, apenas este año, la estudiante fue liberada bajo fianza por la ayuda de su comunidad. 

Algo que para muchos, como la estudiante universitaria de Xavier, Karen Dorantes, forma parte de algunas de las razones por la que vive con miedo en su vida cotidiana. 

“Mi mayor temor para el futuro es la inestabilidad de mi título, mi carrera, mi vida y mi familia”, dijo Dorantes, de 21 años. “Hay un miedo constante en el fondo de mi mente de que mi vida puede cambiar en cualquier momento “.

Dorantes, quien llegó a los Estados Unidos en 2002 desde Iguala, México a los tres años, dijo que una pareja mayor ayudó a que sus padres llegaran a Durantes por contrabando para poder cruzar el desierto de la frontera.

Ella dijo que su estatus migratorio le impedía buscar ayuda cuando enviaba solicitudes a universidades y también la obligaba a evitar conversaciones que podrían revelar su información. 

“Al ser un estudiante indocumentado, definitivamente sentí que tenía que mantener algunas cosas más silenciadas que otras”, dijo Dorantes. “Fue difícil saber a quién y en quién no puedo confiar con mi estatus…”.

Al crecer, Dorantes dijo que se dio cuenta de que algunas cosas básicas– como obtener una licencia o aplicar para un trabajo–eran difíciles de obtener para ella y su familia. 

“Estoy tratando esencialmente de vivir el sueño americano, pero mi estatus migratorio me detiene”, dijo Dorantes. “A veces parece que estoy viviendo una doble vida siendo una estudiante indocumentada creciendo en los Estados Unidos. Hay varios aspectos que me separan del resto de la población”.

Según el Instituto de Política de Migración, aproximadamente hay 487,000 inmigrantes indocumentados viviendo en Illinois, con 36,000 siendo estudiantes indocumentados entre las edades de tres y 17 años quien están matriculados en la escuela. 

Zeena Barazanji, una abogada de inmigración que se enfoca en la inmigración basada en la familia y representa a los menores indocumentados en sus solicitudes de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estado Especial de Inmigrantes Juveniles (SIJS), dijo que muchos menores indocumentados fueron traídos a los E.E.U.U cuando estaban pequeños y ahora están obligados a vivir en la sombra por las duras políticas de inmigración. 

“Los estudiantes indocumentados enfrentan desafíos cuando se gradúan de la secundaria y quieren continuar con su educación, pero no son elegibles para recibir ayuda financiera federal debido a su estatus migratorio”,  dijo Barazanji.

Ella dijo que aunque hay organizaciones, colegios y universidades que ofrecen becas privadas para inmigrantes indocumentados, no todos los estudiantes pueden acceder a esos recursos.

Al crecer, pasar la adolescencia, asistir a la secundaria, todas estas cosas son suficientemente desafiantes como son, pero para un menor indocumentado, tienen que hacer todo eso con un miedo adicional”, dijo Barazanji. “Temor de que sus padres puedan perder sus trabajos, que puedan ser arrestados y llevados en cualquier momento, y temor por su propio futuro”.

Para los estudiantes como Ada Marys Lorenzana, de 20 años, quien vivió en Humboldt Park al llegar a los E.E.U.U, el poder asistir a una universidad siempre ha sido un sueño. 

” Asistí a la secundaria Lane Tech y participé en actividades extracurriculares, incluyendo ser la presidente del Club Dreamers”, ella dijo. “Tuve buenas calificaciones y califique en series de becas, excepto que no las pude aceptar por el hecho de ser indocumentada”.

El estatus migratorio de Lorenzana no le permitía asistir a la misma universidad por cuatro años y aceptar becas por las que calificaba. 

“Los primeros meses en Harold Washington College fueron extremadamente difíciles para mí cuando vi a mis compañeros vivir mi sueño de ir a la universidad”, dijo Lorenzana.

“A pesar de todo, me aferré a ese sueño. Me dije que haría todo lo posible para asistir a una universidad de cuatro años en Los Ángeles. Me sentí traicionada y cansada por el estado de Illinois después de pasar toda mi carrera educativa luchando por obtener fondos ”. 

Aunque ella ahora vive en Los Ángeles y es estudiante de la Universidad del Sur de California, dijo que su estatus migratorio se había convertido en algo con lo que tenía que vivir. 

“El tema de la auto deportación ha estado en mi mente mucho más recientemente porque se ha vuelto cada vez más exasperante ser indocumentada a medida que envejezco”, dijo Lorenzana.