La crisis económica en Ecuador se siente más allá de la estación de gasolina

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Dolores Ochoa | AP

Manifestantes indígenas marchan a la Basílica del Voto Nacional el lunes 27 de junio después de semanas de huelgas para reducir los precios de la gasolina.

Desde hace un mes, se desataron varias protestas en Ecuador, muchas de las cuales están relacionadas con el aumento global del precio de la gasolina, lo cual está afectando el precio de otros productos que requieren este insumo para su producción; y por todos los efectos que causó la recesión del COVID-19.

Los principales involucrados son el gobierno y el movimiento indígena al mando de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE). En sí mismo, el paro comenzó el 13 de junio, provocando seis muertos y aproximadamente 500 heridos, los cuales incluyeron a ambos policías y manifestantes.

Entre las múltiples razones por las cuales se desataron dichas protestas, se podría decir que el aumento del precio de la gasolina es el principal factor. Según datos del Banco Central del Ecuador, el índice de precios del consumidor aumentó 4.2 por ciento en junio de este año, siendo uno de los períodos de inflación más grandes desde el 2015.

Junto con el aumento del coste del combustible, el aumento de los precios de alimentos también influyó en las protestas. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos, INEC, todos los productos relacionados con alimentos y bebidas no-alcohólicas aumentaron el 7.5 por ciento a comparación del año pasado, siendo el segundo grupo de productos con mayor aumento. 

Estos problemas fueron unas de las principales demandas por parte de la CONAIE; sin embargo, también se demandaban otros puntos como el cese inmediato de las acciones de represión y criminalización por parte de la policía, mesa abierta al diálogo, entre otros. 

Al margen de la atención internacional que ha causado esta protesta, no es sorprendente que estos fenómenos económicos causen este tipo de problemas. A menudo, las personas de más bajos recursos suelen ser las más afectadas. 

Antony Alvarado, un médico rural para el Ministerio de Salud Pública y residente de Cuenca, Ecuador, estuvo en la ciudad de Macas durante el estallido de las protestas.

“Me hubiera gustado estar en Cuenca, porque en Macas la situación nunca se tranquilizó”, dijo Alvarado. “Llamé a mi familia y no me creían, yo les decía que incluso no hay pase a mi centro de salud”. 

Suele ser común que estas protestas vengan acompañadas de criminalización. Varias experiencias causaron que Alvarado no esté de acuerdo con que esta solo venga de un lado, ya que algunos protestantes también afectaron su trabajo. 

Alvarado comentaba que uno de los problemas principales al cerrar las vías fue que no hubo ingreso de ningún medicamento, y que incluso revisaban las ambulancias. 

“Cuando cerraron el combustible, ya no hubo movilización vehicular, al menos que tengas tus reservas. El carro lo tenías parqueado por 3 semanas”. 

Alvarado incluso dijo que muchas personas trataron de forzar a otros a participar en las protestas.

“Los mismos protestantes incluso buscaban que se cierren los locales para que apoyen el paro, por lo que ya no había restaurantes”, dijo Alvarado.

La escasez de comida fue otra gran consecuencia del paro. La interrupción del transporte se sumó a los altos precios de combustible por lo que ya no llegaban nuevos productos.

“Fue impresionante, durante una semana creo que comí arroz con atún, no había carne, ni huevos, ni leche; en las tiendas solo podías conseguir embutidos y otras cosas básicas”, dijo Alvarado

Sin embargo, es importante destacar que hay un gran trasfondo de lado. Alvarado comentó que una de las razones por las que en Macas el paro se sintió más fuerte fue la mayor presencia de la comunidad indígena.

Esto se debe a que la forma en cómo afecta la inflación varía de acuerdo a cada grupo poblacional, siendo, frecuentemente, las personas de bajos recursos, las más afectadas.

Uno de los factores que influyó bastante en cómo se dieron las protestas fueron las condiciones laborales comunes en los países latinoamericanos, el subempleo y la informalidad. 

Teodoro Crisólogo, un economista senior del Instituto Peruano de Economía, brinda una perspectiva económica y social de estas propuestas.

“Si tienes a la gran mayoría de tu población en el sector informal o en puestos de trabajo muy poco remunerados, sientes mucho más la precariedad de la situación económica actual, y de por sí las personas que trabajan en el sector informal tienen un ingreso mucho más bajo que los que trabajan en el sector formal”, dijo Crisólogo.

De acuerdo con la dirección técnica de la Cámara de Industrias y Producción (CIP) en su Informe del Mercado Laboral correspondiente a marzo de 2022, alrededor del 62 por ciento de las personas dentro de la PEA (Población Económicamente Activa) se encuentran con empleo en condiciones no adecuadas. 

Crisólogo también hacía énfasis en que gracias a las políticas implementadas para enfrentar la recesión económica de la pandemia, se han podido recuperar empleos pero estos han sido recuperados con menor calidad.

“La mayoría de la gente ahora percibe menos remuneraciones que antes, y debido a esto tiene que, en términos coloquiales, recursearse más”, dijo Crisólogo. El dijo que esto se puede ver con gente que tiene ahora 2 o 3 trabajos para llegar a su presupuesto de fin de mes.

“Es ahora la situación común, ya no hay muchas oportunidades laborales como antes de la pandemia y ya no estás generando la misma cantidad de empleos formales”, dijo Crisólogo.

De alguna manera, el análisis de Crisólogo tiene relación con las experiencias de Alvarado, en especial sobre su experiencia con la reciente inflación.

“Cada centavo que sube pesa, se siente, mi auto cuando lo compre en el 2015 lo llenaba con 13 dólares  de ECO, ahora se llena con 21; y no solo es el tema del combustible, sino también del aceite, nosotros utilizamos el aceite prácticamente para todo”.

Puede que para algunas personas sea sorprendente toda la cadena de efectos que está causando el aumento del precio del combustible, pero tiene consecuencias directas e indirectas en casi todas las industrias de esta economía. 

Por ejemplo, el gas natural es un insumo importante para fertilizantes. Si este se vuelve más caro, producir alimentos será más caro. Sumado con el combustible, los costos de transporte también aumentan. Todo esto puede afectar los costos de producción y eventualmente provocará que los precios finales de los alimentos que vemos en los mercados sean más altos y que incluso consumir en un restaurante también se vuelva más caro.

Sin embargo, al margen de toda la violencia, para varias personas está aún sigue siendo una forma de hacer escuchar su voz. Alvarado agregó que gracias al paro se pudieron obtener respuestas del gobierno

“Esperemos que ahora en adelante se den cuenta de que el pueblo se hace escuchar, y que cada día que pasa en un paro son pérdidas millonarias para el país”, dijo Alvarado.

Al final, el 30 de junio, el gobierno y el movimiento indígena firmaron un acuerdo donde se respondía a varias de las demandas de la población, poniendo fin al paro y las protestas. Aunque no hay duda de que este ha sido un hecho que marcará la historia de Ecuador y su gente, dejando aproximadamente una pérdida de USD 1000 millones y poniendo en evidencia varios problemas sociales que aún siguen sin resolver.