‘Casita Montessori’ busca aumentar el acceso a la educación en el lado sur

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Stephania Rodriguez | La DePaulia

Los estudiantes trabajan juntos en el salon de La Escuela Montessori de Englewood.

Viviendo en el lado suroeste de Chicago, Laly Calderón no pudo inscribir a su hija, Lisset González, en el preescolar debido al sobrecupo. Calderón se sintió impulsada a enseñarle a su hija de cinco años todo lo que necesitaba saber, como leer y contar, antes de ingresar al jardín infantil.

Inspirada en las luchas de su madre, que son luchas similares que también viven muchos padres en la esfera de la escuela pública. Gonzalez ahora está trabajando para abrir su propia escuela preescolar Montessori en la bulliciosa calle 47 y Maplewood, justo entre Brighton Park y Back of the Yards. La escuela se llamará Casita Montessori. 

Gonzalez trabaja como asistente de investigación para el Laboratorio de Conocimiento del Comportamiento de la Universidad de Chicago. Comenzó a trabajar en educación en el 2014 como asistente de enseñanza en Montessori Foundations of Chicago, el único programa Montessori en el South Side en ese momento. Allí aprendió que el método de enseñanza de la escuela era algo único que ella quería “para todos los niños”. 

Las aulas Montessori abordan las diferentes formas de aprendizaje entre los niños. Todos los estudiantes trabajan en diferentes tareas, individuales o en grupos, según sus habilidades. A diferencia del sistema de educación tradicional, no hay presión para cumplir con ciertos criterios.

La médica italiana Maria Montessori introdujo el enfoque Montessori para el preescolar en el año 1907 en Roma, trabajando con niños discapacitados y de bajos ingresos. Sus métodos de clase enfatizaron inculcar la agencia e independencia dentro de los niños.

Cuando se introdujeron las escuelas Montessori en los Estados Unidos, los métodos y principios se mantuvieron, pero históricamente las escuelas se han mantenido exclusivas para familias de altos ingresos.

Una de las principales preocupaciones de Gonzalez sobre lo que plantean las escuelas Montessori es la falta de accesibilidad a los vecindarios del lado sur de Chicago. 

“Realmente no hay [muchas] opciones”, dijo Gonzales. “No está disponible”. 

Las estimaciones sugieren que hay aproximadamente 26 escuelas Montessori en la ciudad. Se muestra que siete de esas escuelas están ubicadas en el lado sur, aunque solo dos de ellas son escuelas públicas. 

Un artículo de WTTW de 2018 informó que las familias que vivían en las áreas de asistencia más prósperas en el lado norte de la ciudad estaban recibiendo acceso prioritario y admisión gratuita a la Escuela Magnet Oscar Mayer en Lincoln Park. Su admisión a la escuela se consideró en función de dónde viven en vez de su necesidad, lo que puso en desventaja a las comunidades negras e hispanas que viven en vecindarios con fondos insuficientes.

Según la investigación de Mira Debs, Directora Ejecutiva del Programa de Estudios Educativos de la Universidad de Yale, “Las familias de bajos ingresos y las familias de color tienen menos probabilidades de participar en los programas de elección de escuela” debido a las limitaciones provocadas por factores socioeconómicos. 

“La elección de escuela requiere que los padres tengan el tiempo y el conocimiento para investigar opciones escolares, navegar por sistemas de elección complicados y, en algunos casos, proporcionar su propio transporte a la escuela”, escribió Debs.

La misión de Gonzales es hacer que Casita Montessori sea accesible para las personas que más lo necesitan. Primero dará prioridad a las personas de color de bajos ingresos dentro de la comunidad inmediata y después a las comunidades de los alrededores.

Casita Montessori será un preescolar y una guardería, dijo González. A través de la participación en el programa de asistencia para el cuidado de niños del estado de Illinois, que brinda ayuda financiera a las familias elegibles, su objetivo es que las familias que cumplan con los requisitos de ingresos y califiquen para recibir asistencia para la matrícula  puedan postular a su escuela.

Maria Pule, de 31 años, inscribió a su hijo en Suder Montessori Magnet School después de hacer su propia investigación sobre el plan de estudios Montessori y su misión.

Pule y su hijo viven en La Villita. La ubicación desempeñó un papel importante en la selección de la escuela, no solo por la conveniencia, sino también por el entorno, explicó Pule.

“Quería que mi hijo asistiera a una escuela diversa en todos los aspectos en cuanto a raza y clase”, dijo Pule. “Dado que solo hay tres escuelas de CPS Montessori, la posibilidad de encontrar una en el sur es cero”.

Los estudiantes de La Escuela Montessori de Englewood realizan diferentes tareas, individualmente o en grupos. (Stephania Rodriguez | La DePaulia)

La Escuela Montessori de Englewood (MSOE) es una escuela chárter de CPS que prioriza la admisión a familias dentro del vecindario de Englewood. La mayoría de las familias provienen de un radio de ocho kilómetros, o cinco millas, y muchas están limitadas por viviendas inestables y de bajos ingresos.

“Para los niños que no sienten que han tenido esa agencia y siempre se han sentido controlados…”, dijo Rita Nolan, Directora Ejecutiva de MSOE. “Eso no crea en ellos esta idea de que pueden ser lo que quieran ser, y que sus intereses son valorados y se les dan los recursos para prosperar”.

MSOE ha trabajado para brindar educación gratuita individualizada, y también para crear un espacio seguro para que los miembros de la comunidad encuentren recursos. Durante la pandemia, la escuela se asoció con World’s Central Kitchen para brindarle más de 500 comidas a la comunidad de Englewood.

Aún así, la pandemia hizo que Nolan y su equipo se preguntarán cómo pueden tener el mayor impacto en las familias. La respuesta fue asociarse con el Instituto de Psicoanálisis de Chicago y el Triángulo de Investigación Infantil para brindar atención informada sobre el trauma. 

En todo momento, la MSOE tiene de dos a cinco terapeutas disponibles y brinda terapia individual, grupal o familiar a sus estudiantes y maestros, dijo Nolan.

El viaje de González no ha sido fácil. Aunque ha podido contar con la ayuda de su comunidad cercana, todavía no está lista para abrir Casita Montessori.

Sus mayores obstáculos actuales son terminar la construcción y la financiación. 

La Casa Calderón es un negocio dirigido y propiedad de González y Calderón. Trabajan juntos para vender productos hechos a mano e importados de México, como ropa, carteras y más. Gran parte de las ganancias se utilizan para financiar el sueño de González de construir una escuela Montessori. 

Para apoyar a La Casa Calderón en futuros eventos y recaudación de fondos, las consultas son bienvenidas en [email protected]