Ir a la universidad no es tan fácil como parece para Latinos

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Ashe Elaine | La DePaulia

Lisset Gonzales, la dueña de la Casita Montessori, abrió su escuela entre Brighton Park y Back of the Yards.

Salir de casa para ir a la universidad puede ser difícil para muchas personas. Es común que los estudiantes latinos se sientan culpables por dejar a sus familias y crean que están fuera de lugar en un entorno académico superior. 

En mi caso, quienes fueron a la universidad habían sido mis hermanas mayores, por lo que se esperaba que yo también fuera. No tengo ningún rencor hacia mi familia por empujarme a ir a la universidad, por lo contrario, me sentí culpable. Mis padres me dieron 18 años de apoyo, y sentí que los estaba abandonando, tanto a ellos como a mi hogar en Nuevo México.

Estaba angustiado por dejar atrás a mi familia en DePaul, pero no soy el único latino que tuvo una experiencia similar. 

Kate Vázquez, ex alumna de DePaul, dice que su familia también esperaba que ella fuera a la universidad. 

Vázquez dijo que recuerda la temporada navideña de su segundo año de la universidad cuando se sintió más culpable por dejar a su familia. Ella dijo que trabajó en la Noche Buena de ese año y regresó a las nueve de la noche a casa de sus padres. Dijo que se sentía excluida de las actividades, pero que sentía más culpa cuando veía cuánto envejecían sus padres y cómo habían crecido sus sobrinas.

“Estaban creciendo rápidamente. Cada vez que las veía, siempre había algo nuevo y diferente en ellas que era impactante”, dice Vázquez. 

En el estudio The Guilt of Success: Looking at Latin-Generation College Students’ Experience of Leaving Home, Rosean Moreno entrevistó a seis personas con diferentes orígenes latinos. Moreno descubrió que todos sus participantes se sentían culpables cuando dejaban físicamente a sus familias para ir a la universidad porque muchos de ellos tenían familiares enfermos o endeudados.

Más allá de estos sentimientos de arrepentimiento, los latinos a menudo enfrentan otras barreras, como el alto costo de la colegiatura. Muchos latinos reciben ayuda del gobierno federal como la Beca Pell, 64% para ser exactos. Sin embargo, según Unidos US, los estudiantes recibieron un promedio de $3,855 en ayuda, lo que no es suficiente para cubrir sus costos universitarios. 

Misael Alejandre, un alumno de DePaul, dijo que sus padres querían que siguiera con su educación postsecundaria, pero fue la carga financiera que la universidad le impuso a su familia lo que generó preocupaciones. 

“Estaban más preocupados por poder pagarlo y mantenerme en la universidad”, dijo Alejandre. 

Él luchó por estar lejos de casa. En su segundo año trabajó con la universidad y recuerda innumerables llantos por teléfono con su mamá por la experiencia educativa privilegiada que estaba viviendo. 

“Me hizo sentir muy culpable saber que estaba viviendo en un bonito dormitorio”, dijo. 

Alejandre dijo que sabía que en casa sus padres estaban pasando por dificultades financieras y eso lo hizo sentir que no merecía estar en DePaul. La culpa que sentía comenzó a afectar su desempeño académico durante su segundo año.

Recordó haber tenido un trimestre completo para trabajar en un proyecto que no comenzó hasta la noche anterior de la fecha límite.

“Simplemente no tenía esa motivación para hacer el trabajo porque nuevamente sentí que no pertenecía a donde estaba”, recuerda Alejandre.

Otra experiencia común entre los latinos es el síndrome del impostor, que es cuando una persona cree que no merece sus logros. Los estudiantes latinos pueden tener dudas sobre sí mismos cuando comienzan la universidad porque creen que solo fueron admitidos para aumentar los números de diversidad después de experimentar microagresiones.

Marina Maldonado, estudiante de tercer año en DePaul, dijo que experimentó el síndrome del impostor en la escuela. Maldonado dijo que pensó que no la estaban tomando en serio por la forma en que se veía y vestía. 

“Especialmente con los estereotipos, siento que no puedo usar mis aretes de aro o lápiz labial rojo o peinarme de cierta manera”, dice, “a veces siento que no pertenezco. Aquí tengo que asimilarme a ambas culturas y estilos”.

Maldonado dice que trabaja el doble para no sentirse como una impostora.

“Sé que mi trabajo es tan bueno, si no mejor, que el de mis colegas hombres blancos”, dice, “pero odio saber que si esto no fuera una clase, y fuera en el mundo real, su trabajo sería elegido sobre el mío.” 

Maldonado dice que se esfuerza por hacer que sus proyectos sean más “innovadores” para que puedan destacarse en comparación con sus colegas.

Es común terminar pensando demasiado cuando estás en una transición vulnerable en tu vida, pero créeme, no estás sole. 

Vásquez dijo, que al final del día, todo lo que los estudiantes latinos pueden hacer es esforzarse al máximo y usar las buenas intenciones de sus padres como motivación. 

“Hazlo por tus padres que no pudieron obtener esa experiencia educativa”, pero recuerda seguir una educación porque tú eres el que quiere, dijo Vásquez.

Para los estudiantes Latinx que buscan unirse a una organización cultural y encontrar una comunidad, visiten el Latinx Cultural Center o Centro Cultural Latino ubicado en el campus de Lincoln Park de DePaul.

Visiten a un consejero de los Servicios de Consejería Universitaria (UCS) para obtener ayuda mental y emocional.