La Villita transforma su jardín comunitario en una celebración del Día de los Muertos

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Cary Robbins | La DePaulia

Al frente del jardín, este altar recuerda los niños y niñas que murieron al intentar cruzar la frontera entre Mexico y Estados Unidos.

Cuando César Núñez entró por primera vez en el Jardín Enlace que conoce tan bien, quedó impresionado por la cantidad de gente que lo recibió en la colorida escena. El evento de Día de Muertos realizado por Enlace Chicago había crecido bastante en tan solo un año.

El clima inusualmente cálido para esta época del año fue perfecto para el segundo evento anual del Día de Muertos que se llevó a cabo en el Jardín Enlace de La Villita el 2 de noviembre. Núñez es codirector ejecutivo de Enlace Chicago, la organización encargada del evento. Habiendo visto crecer el jardín a lo largo de 10 años a Núñez le cautivó cómo se convirtió en una celebración para el Día de Muertos.

“Entras y hay mucho que absorber, desde la música, la comida, la casa embrujada, los altares”, dijo Núñez mientras observaba el evento. “Todavía estoy tratando de acomodarme y asimilar todo”.

Los macizos de flores en los que normalmente se cultivan frutas y verduras para proporcionar alimentos frescos y nutritivos a la comunidad, se transformaron en altares para recordar a los seres queridos que han fallecido, con ofrendas de sus comidas o bebidas favoritas.

Los miembros de la comunidad conversaban entre ellos mientras comían tamales y pan de muerto. Otros caminaban por el jardín admirando los altares y recordando la vida de aquellos que fallecieron. Un escenario completamente nuevo presentó en vivo a una banda local de Chicago llamada “Son D’ Nadie”; además la gente pudo pintarse la cara mientras disfrutaba de la música.

Los niños gritaban al entrar en la zona embrujada. Saltaron personas con máscaras aterradoras y otros disfrazados de payasos para asustar a los niños. Una fila llena de niños con sus padres esperaban para pasar a través de macizos de flores llenos de arañas, cabezas decapitadas de plástico. También había un cementerio y cuchillos ensangrentados colgando de cuerdas.

Sahida Martínez, disfrazada de la Llorona, se esconde atrás de la carpa negra para asustar a los niños que caminan a travez del jardín embrujado. (Cary Robbins | La DePaulia)

Allí se escondía Sahida Martínez, vestida de La Llorona, esperando para salir de detrás de una carpa negra para asustar a los niños. Martinez dijo que una de sus partes favoritas del evento fue ver a los niños gritar y reír con ella mientras los asustaba cuando pasaban.

Martínez vive en Chicago desde hace 22 años, dijo que recuerda celebrar el Día de Muertos en México. Ella y su familia iban al cementerio, traían flores y celebraban la vida de sus seres queridos.

“Están en el cielo, mi familia y yo todos los años hacemos una ofrenda por nuestros seres queridos”, dijo Martínez, que también hizo énfasis en la importancia del pan de muerto y la comida en general en esta ocasión.

Si bien ella desearía poder pasar el Día de Muertos con su familia, este año, Martínez estaba feliz de celebrar con su comunidad y asustar a los niños.

Carmen García también vino a celebrar en el jardín, expresó que el evento significó más para ella que simplemente celebrar a sus seres queridos que habían fallecido.

García ha estado viviendo en Chicago durante 19 años y, aunque gran parte de su familia vive en los Estados Unidos, todavía extraña a sus amigos y familiares que aún viven en México. Preservar la tradición mexicana de celebrar el Día de Muertos es importante para García,ella está emocionada de ver cómo las generaciones futuras harán lo mismo mientras agregan  su propia a la celebración.

“La mejor parte [fue]la ofrenda. Puedes ver la creatividad”, explicó García mientras señalaba cómo algunos altares incorporaron decoraciones de Halloween.

La comunidad vino a disfrutar la música en vivo, comida, bebidas y diferentes actividades en el jardín Enlace, en La Villita. (Cary Robbins | La DePaulia)

En el verano, a García le dieron su propio macizo, donde cultivó pepinos, pimientos picantes, cilantro, calabazas y flores en Enlace’s Garden. Los cultivó no sólo para ella sino también para que la comunidad los tomará y los usará para cocinar. Le encanta el jardín ya que proporciona espacios verdes y alimentos nutritivos en un vecindario que “tiene la cantidad más baja de espacios verdes per cápita en la ciudad de Chicago”, según South Side Weekly.

Enlace Garden es parte de Enlace Chicago, una organización en La Villita que trabaja para organizar, y desarrollar la capacidad de la comunidad a través de la educación, la salud comunitaria, la prevención de la violencia, y la inmigración, según su sitio web.

La comunidad es el núcleo del trabajo de Enlace Chicago, por lo que la coordinadora de comunicaciones, Solange Piña-Lorca, se alegró de saber que antes del final del evento, los que atendieron se habían comido todos los 650 tamales traídos a la celebración. También disfrutó ver reír a los niños mientras caminaban por el jardín embrujado y ofreció su opinión sobre las tradiciones del día de los muertos.

“No creo que la gente realmente se vaya porque no los mantienen vivos a través de recuerdos y conversaciones”, dijo Piña-Lorca. “Es realmente bueno tener un día para realmente asegurarnos de celebrar a esas personas, su vida y lo que lograron”, dijo Piña-Lorca.